La fatiga emocional responde a la acumulación excesiva de emociones que podemos llegar a vivir en determinados momentos de nuestra vida. Normalmente, suele ser una respuesta ante un estrés excesivo, o bien, puede manifestarse por circunstancias que nos rodean y que son totalmente contrarias a nuestro ser.
Muchas son las personas las que ya están sintiendo esta fatiga emocional en la actualidad. La llegada de la Pandemia y la persistencia durante tanto tiempo, “nos ha obligado” a vivir de una manera diferente, “con miedo”, mucha incertidumbre y temor ante lo que aún nos deparará en los próximos meses.
Pero no es solo esta situación extraordinaria la que nos ha invitado a vivir este tipo de emociones. En otros muchos momentos, nos sentimos agobiados por aquello que sucede en nuestras vidas y que no llegamos a saber realmente cómo afrontarlo. Y esto responde a que nadie nos ha enseñado una educación emocional de base, desde que somos pequeños. Es decir, cuando algo negativo sucede en nuestras vidas, “buscamos soluciones inmediatas, queremos hacer lo que sea YA, en estos momentos”. Mientras esa solución NO llega, nos negamos a estudiar la raíz de porqué nos afecta tanto.
¿Cómo se manifiesta esta fatiga emocional y por qué puede generarse?
La fatiga emocional puede manifestarse por los siguientes efectos:
- Tras grandes episodios de preocupación persistentes, donde no sabemos cómo actuar.
- La acumulación del miedo puede llegar a inmovilizarnos. Esto sucede cuando no sabemos qué hacer y, por tanto, pasa el tiempo y no hacemos nada.
- La ansiedad suele ser otro de los síntomas que se esconden tras estas situaciones. Es decir, empezamos a sentir un mayor descontrol en nosotros y no entendemos por qué.
- Normalmente, la persona suele sentirse muy cansada y suele postergar las soluciones que “se había prometido buscar”. Este cansancio mental nos mantiene “en un círculo que no sabemos cómo parar o cómo salir”.
- La no asimilación de situaciones como la pérdida de un empleo, una separación o un duelo también pueden originar este tipo de circunstancias. Para todo existe un tiempo y «es fundamental regalarnos este periodo», pero aquí podemos llegar a sentir “que no somos capaces de afrontar esta situación”.
- No cerrar ciclos de forma adecuada puede ser otro de los grandes impulsores. Rupturas, despedir a determinadas personas, comenzar una etapa, pueden provocar mucha desconfianza en nosotros mismos. Aquello que elijamos, seguro que es lo correcto, pero en ese momento no somos capaces de verlo.
¿Cómo es posible reducir sus efectos?
Destacamos, algunos de los siguientes principios
- Una de las mejores formas es liberar emociones de manera diaria. Esta acción es asumida por muchas personas realizando deporte, yoga o meditación. Recuerdo cómo en 20213 el yoga llegó a mi vida en el momento que lo necesitaba. Además de despertarme, me ayudó muchísimo a entender ciertas cosas y ofrecerme muchas respuestas que esos momentos no tenía. Cada uno debe de buscar el modo que más le beneficie, pero ponernos a la acción es fundamental para poder actuar y hacer frente a estas circunstancias.
- Según mi experiencia y después de varios años de práctica, el Ho´oponopono es otro de los grandes pilares que más me ha ayudado. Tras afrontar algunos episodios similares, la práctica continua de esta técnica es realmente reconfortante a largo plazo. En muchas ocasiones se descarta de nuestras posibilidades porque esos beneficios que buscamos tardan un poco en llegar.
- Por otro lado, el Método Sedona es otro gran aliado para liberar emociones. Se basa en una serie de preguntas sencillas que nos permiten ir soltando aquello que no necesitamos. Especialmente útil para todo tipo de resistencias.
- La meditación también es un gran aliado para conseguirlo. Muchas veces este concepto no llega a entenderse “porque se considera que hay que poner la mente en blanco”. Y para nada es así. De hecho, el método más sencillo que se emplea, inicialmente, es centrarnos en nuestra respiración.
De todas las posibilidades expuestas anteriormente, el principal reto que encontramos para aplicarlas en nuestras vidas es la persistencia. Es decir, ser muy constantes y disciplinados ya que, cualquier práctica que elijamos, si la mantenemos cada día, nos permitirá un mayor bienestar en todos los niveles.
Transcurrido todo esto y cuando nos sintamos mejor, también es fundamental tomar decisiones. Se trata de otro de los grandes retos que tendremos que afrontar, nada sencillo. De hecho, “nuestro ego nos suele mantener en vilo”, sin decidir, generando un gran desgaste de energía. NO decidir implica permanecer en la misma casilla de salida recorriendo de nuevo ciclos similares.
La liberación emocional constante permite reconciliarnos con nosotr@s mismos y encender esa luz que siempre tenemos. Dentro del Ho´oponopono es lo que se conoce como “divinidad interior” y es una gran guía que nos va indicando el camino a seguir. Cuando decidimos escucharla, poco a poco se reactiva cada día, reduciendo no solo esta fatiga emocional, sino también muchas trabas que hemos mantenido en nuestras vidas.
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